Uno de los grande retos a los que se enfrentan las empresas en la actualidad es aprovechar las múltiples y potentes ventajas del teletrabajo. Una implementación que, pese a estar muy bien valorada por los expertos en recursos humanos y el mundo empresarial en general y por los propios profesionales, no siempre es sencilla, ya que es necesario contar con las herramientas necesarias y realizar cambios en la organización del equipo. Pero el esfuerzo vale la pena, puesto que si se implanta de manera óptima el teletrabajo en empresas funciona muy bien y es un valor en alza.
El gran valor del teletrabajo es que permite poner en práctica cuestiones tan valoradas por los profesionales y la sociedad en general como son la conciliación familiar o la flexibilidad horaria, entre otras. Dos factores con los que nuestra empresa puede conseguir mejorar el bienestar y motivación de los empleados y, en consecuencia, también la productividad. En resumen, los beneficios de implantar programas de teletrabajo en las empresas son transversales, actuando positivamente en muchos aspectos de la organización y en la imagen que ofrezca a sus empleados, clientes potenciales y reales, socios y proveedores.
Diversos estudios constatan incrementos de entre un 10 y un 20% en la productividad de los empleados. Este aumento de la producción se produce, básicamente por la suma de dos variables. Por un lado, el profesional, por lo general, está más satisfecho con esta modalidad, ya que le permite una gran flexibilidad y autonomía, es decir, está más motivado. Por otra parte, al teletrabajar se eliminan las reuniones alargadas en exceso, los tiempos muertos y las pérdidas de tiempo charlando con los compañeros.
El hecho de no tener, o hacerlo en un horario más reducido, a los profesionales diariamente en la oficina, supone una reducción de costes fijos que no deben ser subestimados: necesidad de más espacios, aire acondicionado, calefacción, luz eléctrica, desplazamientos, dietas….
También se produce un ahorro importante en cuestiones derivadas con el absentismo laboral, ya que en el trabajo se reduce mucho por razones obvias: un trabajador que, por ejemplo, sufre un accidente que le dificulta o impide la movilidad y, por lo tanto, no puede desplazarse a la oficina, seguramente va a poder seguir trabajando con total normalidad desde su casa. Es incluso una enfermedad tan frecuente como la gripe, que puede dejarle fuera de combate durante una semana si tuviera que ir a la oficina, es posible que en su hogar pueda estar operativo en un par de días.
Gracias al teletrabajo es mucho más fácil configurar nuestra plantilla con las personas que queremos y necesitamos. No importa que vivan a muchas kilómetros de distancia o que, por ejemplo, un empleado tenga algún problema de movilidad que le impida acudir cada día a nuestra oficina. La flexibilidad de teletrabajo alcanza a cuestiones muy variopintas que juegan a nuestro favor.
Cuestiones como una inundación, un incendio o una emergencia sanitaria o de otro tipo que, pueden suponer la suspensión de la actividad en la oficina durante un tiempo, que puede ser largo, son un auténtico desastre económico para una empresa. El teletrabajo se muestra inmune ante estas circunstancias, ya que, mientras disponga de un ordenador y un punto de conexión a internet, el profesional puede seguir con sus tareas sin mayores problemas.
Fomentar el teletrabajo es una gran oportunidad para las empresas para hacer branding, es decir, mejorar la imagen de marca sin tener que invertir en publicidad. El teletrabajo es marketing por sí mismo porque mejora la satisfacción y el bienestar de los empleados y crea una imagen de empresa preocupada por la personas y el medio ambiente, ya que se contamina menos al eliminarse o limitarse los desplazamientos. Además, es una buena forma de asociar la marca de nuestra empresa a conceptos muy positivos como: conciliación, igualdad de oportunidades y transformación digital.
Obviamente, no todas las profesiones pueden realizarse por teletrabajo. Todavía son necesarios muchos empleados en fábricas y centros de servicio de forma presencial. Pero contando con el material técnico y la formación necesaria es posible exprimir las ventajas de los trabajos de oficina e, incluso, ampliarlo a otras tareas y profesiones.
Las posibilidades tecnológicas actuales están ganando terreno a las históricas y a veces supuestas limitaciones del teletrabajo: problemas de comunicación y organización, falta de identificación entre los empleados y la empresa, menores posibilidades de promoción, etc. En Tweem te ofrecemos las herramientas y el asesoramiento necesario para que conviertas al teletrabajo en tu aliado más fiel, en el vínculo perfecto para mejorar la relación laboral entre tu empresa y los profesionales que la hacen posible.